sábado, 12 de octubre de 2013

No sé si es amor, pero lo pareció

Sentir cómo viene por tu espalda y enamorarte de la forma de su sombra acercándose a ti mientras te quedas quieta, muy quieta, absorbiendo esa sombra.

Mirarle una milésima de segundo de más, sólo una.


Aprenderte cada pliegue en su cara y cada emoción que la cause.

Evitar el contacto porque sabes que, si le tocas, no podrás separarte nunca. 

Medir con los ojos sus dimensiones y saber cuatro formas diferentes de encajar en su pecho cuando duerma.

Preguntar cosas que duelen y callar cosas que sanan.

Imaginar que su mano avanza hasta tu pierna. 

Guardar un papel diez calles hasta obligarte a tirarlo antes de meterte en casa con él.

Tragar, tragar más que un pez en el mar.

Imaginar cómo sería su cara si, de repente, le dieras un mordisquito en el moflete.

Querer bailarle algo ridículo por hacerle sonreír cuando tenga un día tonto. 





Hay besos que se dan con la mirada, y te aseguro que te he besado besé más que nadie.




No hay comentarios:

Publicar un comentario